Evangelio según San Marcos 6, 7-13.
Todos hemos sido enviados a compartir la Palabra de Dios
En aquel tiempo, Jesús llamó a los Doce y los envió de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus impuros.
Y les ordenó que no llevaran para el camino más que un bastón; ni pan, ni alforja, ni dinero; que fueran calzados con sandalias, y que no tuvieran dos túnicas.
Les dijo: “Permanezcan en la casa donde les den alojamiento hasta el momento de partir.
Si no los reciben en un lugar y la gente no los escucha, al salir de allí, sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos”.
Entonces fueron a predicar, exhortando a la conversión; expulsaron a muchos demonios y curaron a numerosos enfermos, ungiéndolos con óleo.
Reflexión: El Señor nos invita a despojarnos incluso de los malos sentimientos o sensaciones que nos pueden quitar la paz, ya que de todas maneras somos instrumentos suyos y estamos llamados a vivir en libertad para poder ayudar los otros a ser libres.