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El ejercicio y la alimentación saludable, aliados infalibles en el tratamiento de la hipertensión arterial

La hipertensión arterial es el principal factor de riesgo de muerte en el mundo, así lo ha informado la Organización Panamericana de la Salud. Una condición que no surge de la noche a la mañana, pero que puede ser controlada con medicamentos, buenos hábitos alimenticios y actividad deportiva. En Colombia, la Estrategia Nacional para la reducción del consumo de sal y sodio 2012 -2021 emitida en el año 2015, permitirá desde la evaluación de resultados e impacto de las acciones en la salud, medir la corresponsabilidad en el autocuidado de la salud y la gestión de los sectores de la industria alimenticia y otros involucrados en la promoción de la calidad de vida.

 Para comprender de forma sencilla como se desarrolla la hipertensión, es importante explicar que las paredes de las arterias tienen una capa o túnica elástica y otra muscular, que le permiten dilatarse y contraerse a medida que la sangre bombea. Cuando una persona padece de hipertensión, las paredes internas y externas de las arterias se endurecen por la inflamación y pierden la posibilidad de realizar el ejercicio de dilatación y contracción, lo que incrementa la presión arterial en el cuerpo.

 Cuando este fenómeno se vuelve recurrente hace que el corazón bombee sangre con más fuerza, incrementándose así la presión que ejerce el paso sanguíneo por el lecho arterial. La hipertensión sin tratar, o en personas que desconocen los efectos de esta enfermedad llamada silenciosa, se constituye en un factor de riesgo cardiovascular alto para personas que presentan además Síndrome Metabólico (la presencia de otros, riesgos cardiovasculares como son la intolerancia a la glucosa, la resistencia a la insulina que son estados precursores de la diabetes; la obesidad abdominal o visceral, niveles elevados de triglicéridos y LDL (el popularmente llamado colesterol del malo), bajos niveles de HDL (Colesterol del bueno). Además de infartos cardíacos, Igualmente, la hipertensión se asocia a enfermedades cerebrovasculares, como las isquemias, conocidas comúnmente como derrame cerebral, trombosis, insuficiencia cardiaca o insuficiencia renal.

 Para evitar o reducir el riesgo y los daños que se hacen visibles con el transcurrir del tiempo, Inés Sofía Morales Salcedo, directora del Programa de Nutrición y Dietética, docente e Investigadora de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Fundación Universitaria San Martín, las personas diagnosticadas con hipertensión, o con quienes deseen prevenirla, especialmente cuando en el núcleo familiar hay antecedentes o condicionantes de salud para su desarrollo:

 Estilos de vida saludable disminuyen los efectos y eventos negativos generadores de discapacidad o la muerte en personas con hipertensión. ¿Cómo construir estilos de vida saludable?

1 Consuma alimentos ricos en fibra como frutas y verduras, entera o en preparaciones que requieran solamente el lavado o corte en porciones medianas, para que se disfrute del proceso de masticación. Su cuerpo lo agradecerá.

  1. Si desea condimentar o sazonar las carnes (ave, pez, cerdo, res) y otros alimentos, utilice limón, ajo, orégano, albahaca, cardamomo, jengibre, entre otros. Realzan el sabor de los alimentos y se controla el aporte de sodio y sal.
  2. Sirva los alimentos con poca cantidad de sal adicionada durante su preparación. Recuerde retirar el salero o simplemente descartarlo de su cocina.
  3. Evite el consumo de alimentos utlraprocesados, con adición de sal o aditivos saborizantes.
  4. Recuerde las frutas y/o las verduras pueden tener un sabor dulce, y en su composición nutricional estar presente el sodio.
  5.  Adicione aceite de oliva para mejorar el sabor, olor, suavidad y calidad nutricional de alimentos que requieran de grasa para su consumo o cocción
  6. Práctique actividades físicas como las caminatas, natación, ciclismo, reducen la acumulación de tejido graso, evitándose el sobrepeso y la obesidad. Se indican 30 minutos, tres veces por semana y en espacio libre de peligros. Asesórese siempre de su médico antes de iniciar nuevas rutinas de actividad física o deporte.
  7. Disminuya el consumo de harinas y derivados procesados como pudines, tortas o masas, galletas u otros. Contienen sal, azúcares y grasas trans que contribuyen a incrementar el riesgo y el daño arterial.
  8. Beba agua natural, sin aditivos, saborizantes. Evite el consumo de bebidas alcohólicas, energizantes.
  9. Es importante, que todo paciente diagnosticado con hipertensión continúe con los cuidados y controles médicos y el tratamiento farmacológico que le haya sido asignado.
  10. Dígale no al cigarrillo y a sustancias tóxicodependientes.
  11. ¡Sonría, ame, perdone y cocine con alegría todos los alimentos que, por siempre, comió con exceso de sal y ahora debe controlar!

 La integración de los consejos anteriormente mencionados crea la mezcla perfecta para poder controlar la enfermedad, pero sí de grado de importancia se trata, el ejercicio y la alimentación lideran el listado.

 El ejercicio permitirá que las pulsaciones del corazón sean más bajas que las de una persona sedentaria, la frecuencia cardiaca aumenta y esto favorece el transporte de oxígeno a los músculos e incrementa la presión de los vasos sanguíneos. Por su parte, la alimentación permitirá generar nuevos hábitos y resarcir poco a poco los daños que una alimentación incorrecta pudo haber ocasionado.

 Sin duda alguna el poner en práctica estos consejos evidenciará cambios, mejoras en la salud y demostrará que el ejercicio y la alimentación son los aliados infalibles para el control y manejo de esta enfermedad.

 

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