Denuncian muerte de niña por celos políticos en La Guajira
Una grave denuncia presentó la líder indígena de Manaure, (La Guajira), Tania Galván a los medios de comunicación, en contra del alcalde de ese municipio, Aldemar Ibarra, y de la directora regional encargada del IBCF, Nohemí Benavides, quienes se habrían negado a atender a los miembros de las comunidades donde Galván es líder, debido a celos políticos.
El deliciado hecho se suma a los problemas de desnutrición, agregado ahora a que los menores de la península están expuestos a las confrontaciones políticas.
La nativa, que pertenece al clan Arpushana, dice en su reclamo que en la comunidad de Mashalerrai a 70 minutos del casco urbano de Manaure murió una niña de un año identificada como Milane Bonivento Uriana, que nació desnutrida.
La menor, si bien el año pasado había sido atendida a través de un programa municipal, a partir de las administración de Ibarra, le fue dejada de prestar la atención requerida, puesto que se habría prohibido atender a las 70 comunidades de las que Galván es líder.
A comienzos del 2016 la Unidad de Gestión del Riesgo, durante una reunión con funcionarios municipales y conociendo el trabajo de la señora Galván como líder comunitaria, presentó su nombre para trabajar con ella pero, al contrario, habría sido vetada.
Con ocasión de la muerte del niño Elyon Epieyú hace cuatro semanas, Galván buscó ayuda en la dirección regional Ríohacha, que está bajo la dirección encargada de Noemí Benavides.
Dijo la líder indígena que habló en dos oportunidades con Benavides. En ambas le ofreció su colaboración para guiar al ICBF hasta las comunidades donde hay niños con signos de desnutrición y que fueran atendidos por el operador que tuviera contratado, pero que nunca más nunca le pasó al teléfono.
Al parecer, y de acuerdo con lo dicho por Galván, el malestar de Benavides con ella tuvo que ver con que dio a conocer la muerte del niño Epieyú.
En la tarde del jueves, la wayuu dijo haber ido a la zonal de Manaure para hablar con la directora, Milene Palacios. Su respuesta fue que aún no han sido contratados los centros de recuperación.
En Manaure, dijo hace poco la gobernadora de La Guajira, Oneida Pinto, existen 7.000 comunidades indígenas, conocidas como rancherías.
Cada una tiene una autoridad indígena y varias comunidades se agrupan alrededor de un líder que los representa para gestionar ayudas y resolver los problemas de la comunidad.