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Desertificación, vacunas, tanques, sequías, muertes…

Casi todo listo para recordar al gran escritor, poeta, traductor  e intelectual  Jorge Luis Borges 35 años después de su partida, luego de seleccionar Ginebra, la ciudad donde quiso morir y donde fue feliz.

Recordar sus tiempos en la biblioteca de su padre, sus viajes sin pasaporte por el mundo, ya que en aquellos tiempos no eran exigibles, su aprendizaje de idiomas, sus amigos y amores, sus lugares preferidos y tantas cosas, hasta su negación del merecido premio nobel de las letras o María Kodama en sus tiempos de ceguera física, pero de visión de corazón.

Otro libro de interés este junio distinto es  ‘Gabo y Mercedes’, de Rodrigo García  Barcha, hijo de ambos, donde se recrean los últimos años del inolvidable escritor del Caribe. Incluso en la parte local, algunos versos perdidos sobre Luis Mizar Maestre, quien el 8 de junio cumplirá seis décadas de vida, pero en esta loca ciudad todo debe aplazarse, a veces para siempre.

Hoy por ejemplo  se celebra el Día Internacional de la Desertificación y la sequía, mientras en España es el día mundial de la Tapa. Lo primero, es decir, desierto y sequía, lo tenemos al lado, nuestra hermana tierra guajira que ayer, al menos, produjo la información que será el primer departamento del país con vacunación masiva a toda su población, tanto tiempo con malas noticias, esta al menos es reconfortante; mucho dolor ha dejado el virus en esas tierras solitarias, olvidadas y buenas,  con la vacuna renace un hálito de esperanza. Sobre la sequía esperan la represa del Ranchería como los vallenatos a Besotes.

Y la curiosidad aparece, en este caso muy técnica, estanquisaje,  indica que no habrá agua en más de 50 barrios vallenatos, precisamente porque entraría a funcionar el depósito de agua que solucionará  la falta que cuando el Guatapurí crezca, el Valle no tenga sed. Me explico: siempre que hay crecientes, no puede la ciudad gozar del líquida,  una palabra que aprendimos desde hace mucho tiempo: turbiedad. Lo del tanque, igual se habla de un negocio turbio desde su construcción, pero es asunto político, lo importante  es  solucionar. La Malena, el  arroyito sentimental de los patillaleros, también lo limpiaron esta semana, algo para aplaudir en medio

de tantas desesperanzas.

Ojalá las mariposas amarillas regresen por el cristalino cauce y sus casimbas sigan siendo recuerdos. Y afloren nuevos Fredys Molina para cantarle. Si no hay agua por la inauguración del tanque, es posible que cuando inauguren la Casa en el aire tampoco encontremos aire, de ahí exigir que esa obra salga al ruedo, para que no se convierta en el animal blanco que conocemos…

Aquí no usamos el término tapa, para acompañar vinos, ni cervezas, ni licores, tenemos otros términos y algunos nuevos que no vienen al caso, pero también cuando alguien es bueno para algo, decimos que es la tapa. Yuca harinosa con chicharrón sigue siendo la tapa, para una amanecida, ahora con bioseguridad y reapertura de la economía. No faltan los amigos y la economía no ayuda.

Hoy también se celebra el día del cáncer de riñón, y precisamente es la enfermedad de nuestro Hospital Rosario Pumarejo de López, ese órgano tiene la función de eliminar los desechos y el exceso de líquidos del cuerpo, el problema del mayor centro de salud de los vallenatos es que tiene todos los desechos políticos en administración y el exceso de olvido de los gobiernos, o todo revuelto, y sin remedio a la vista. Bueno el remedio está, pero dejarlo morir es la orden. No se imaginaba el maestro Moralitos, “si me muero es por falta de remedio, si me muero es por mi enfermedad, si me muero es por Carmen Ramona, que tiene el remedio pero no lo da”.

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