
El ex paramilitar Hernán Giraldo, conocido como alias “El Patrón” abusó sexualmente de 200 menores de edad, utilizando la fuerza contra ellas y sus familiares, a muchas las embarazó y las obligó a colaborar con la organización durante hechos ocurridos en por lo menos 20 años en la Sierra Nevada de Santa Marta.
Las investigaciones sobre este degenerado sexual publicadas por el periódico El Tiempo, indican que con algunas de estas niñas tuvo hasta 70 hijos sin que hubiese tenido castigo alguno
Las historias de abusos sexuales y violaciones que durante más de 20 años cometió el exjefe paramilitar Hernán Giraldo Serna, preso en Estados Unidos, con mujeres menores de edad que vivían en pueblos lejanos de la Sierra Nevada de Santa Marta, aún no se han terminado de contar.
El ‘Taladro’, como lo apodaron gracias a sus prácticas sexuales, solo equiparables con el ejercicio del derecho de pernada (práctica de la edad media que permitía a los señores feudales acostarse la primera noche de bodas con las esposas de sus súbditos), logró abusar de unas 200 niñas menores de 14 años, en un período de 15 a 20 años.
Muchas de ellas quedaron embarazadas y fueron mujeres del comandante paramilitar durante años, siendo sometidas a violaciones y obligadas a ser colaboradoras de la organización criminal. No pudieron reorganizar su vida sentimental con otro hombre distinto a Giraldo, pues las que lo intentaron, murieron de manera brutal.
La historia de las violaciones con menores que realizó el ‘Patrón’, como también se le llamó, por el poder militar y político que tuvo en el Magdalena, fue recogida y documentada por la investigadora samaria Norma Vera Salazar, desde el 2002, magíster en derechos humanos y secretaria de interior del Magdalena.
Su investigación, titulada ‘La violencia sexual como arma de guerra, en el contexto del accionar del Frente Resistencia Tayrona’, que hace parte de sus tesis de maestría y que realizó con su madre, Ana Salazar, con quien se graduó en el 2017, será expuesta en el VII Congreso Internacional de Ciencias Sociales GKA SOCIAL 2019, que se llevará a cabo en París, a mediados de año.
En el trabajo, Vera Salazar plantea que él no solamente violaba al azar sino que escogía sistemáticamente a las mujeres que quería acceder carnalmente y las seducía. Tenían unas características comunes: de fisionomía blanca, menores de 14 años de edad, vírgenes y anchas de caderas, buscando que fueran fértiles. Solo se pudo registrar un caso de mujer de piel morena.
“Esto conllevó a que su incidencia sobrepasara lo militar y propiciara la creación de estructuras sociales de arraigo zonal, mediante relaciones sexuales y embarazos a menores de edad que pasarían a ser mujeres de los miembros de esta organización”, sostiene la investigadora.
Durante sus declaraciones en las audiencias de justicia y paz, Hernán Giraldo reconoció haber tenido en la Sierra Nevada 38 hijos, pero, luego de casi 9 años de investigación, Vera logró evidenciar que suman 70, y podrían ser muchos más que no han sido o fueron reconocidos.
Armas de guerra
En la investigación, que implicó entrevistas con muchas de las víctimas, se logró establecer que Giraldo sabía escoger y seducir a sus víctimas; por eso, asegura Vera, a muchas de estas mujeres tocó hacerles terapia para que pudieran entender que fueron víctimas, puesto que las logró cautivar gracias al buen trato, los regalos, como casas o tierras, y al estatus que les daba en estas zonas donde todos sabían que si era mujer del ‘Patrón’ tocaba respetarla.
Diversos testimonios sustentan esta tesis, por ejemplo, el de una joven de 13 años de edad que vivía con su padre y conoció a Hernán Giraldo en la vereda Honduras del corregimiento de Guachaca. “Le dijo que si le gustaría estar con él y tener la vida que tenían sus mujeres, le mencionó que tendría cadenas de oro, ropa y que podría viajar. La menor menciona que sintió mucho temor, en sus propias palabras dijo: ‘Sentía mucho miedo de decirle que no quería, porque toda la gente hablaba que él mandaba a matar a quien no hacía lo que él quería’. Por miedo le dijo que sí y así es como mantuvo relaciones sexuales con él”, es uno de los testimonios que recoge la investigación.
Se asegura que la mitad de estas mujeres víctimas de la violación de Giraldo fueron entregadas de manera voluntaria por sus padres.
“No podían decir que no por temor, otro a cambio de recibir dádivas del ‘Patrón’ ”, sostiene Vera.
Una vez escogidas las niñas, Giraldo las llevaba a vivir a su finca en la zona de Machete Pelao, en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta. Allí, se dice que tenía vida marital con ellas por lo menos durante tres meses, ya que siempre llegaba una más joven a reemplazarlas. Luego, las regresaba a sus casas o las mudaba a otra casa localizada en alguna zona estratégicas de su área de influencia.
“No convivía con ellas. Las tenía viviendo justo en los corredores, por donde entraba y salía la droga y armas. Allí servían para alertar cualquier movimiento y tener control geoestratégico de la región”, precisa Norma, quien entre sus conclusiones logra establecer que el cuerpo de estas mujeres no fue usado solamente como un instrumento sexual sino de guerra.
Muchos de los hijos de estas mujeres ingresaron a la organización criminal de Giraldo. Los escogidos tenían dos patrones: su fortaleza y el parecido con el padre. En palabras de Vera, buscó propiciar un modelo militar de filiación familiar perfectamente adaptado para la guerra, en el que su máximo comandante, ‘el Taladro’, pretendía conformar ejércitos de mayor confianza y lealtad en virtud de su parentesco.
Es decir que, en casi 20 años de tener el manejo de esta zona, Hernán Giraldo no solo violó a más de 200 niñas, de las cuales muchas quedaron embarazadas y las mudó en casas ubicadas estratégicamente en corredores por donde tenía el control, sino que pretendía tener en sus hijos sus sucesores a nivel militar.
Giraldo se desmovilizó en el 2006 con 1.700 hombres que sembraron el terror y el luto en Santa Marta y parte de la zona rural. Según la Fiscalía, se le imputaron cargos por unos 705 hechos que afectaron a 4.000 víctimas. En el 2008, fue extraditado a los Estados Unidos, en donde una corte lo condenó a pagar 16 años de cárcel por narcotráfico.
Según un informe de la dirección de Justicia Transicional de la Fiscalía, conocido por EL TIEMPO, cinco exjefes de las autodefensas han sido condenados por casos de violencia sexual basada en género perpetrados por los hombres bajo su mando, pero no aparece ninguna condena contra Hernán Giraldo Serna, quien es acusado directamente de violencia sexual.
Tomado de EL TIEMPO