Gran romería de feligreses hoy en las celebraciones religiosas del Santo Ecce-Homo
Una gran romería de feligreses católicos se está congregando desde hoy temprano, en los actos de celebración del Santo Ecce-Homo en la capital del Cesar.
Los ritos centrales se desarrollan desde las 4 de la madrugada y cada hora, en la parrqouia de la Concepción de la Plaza Alfonso López.
Para las 9 de la mañana está programada la Misa Mayor en honor al Santo Patrono y para las 4 de la tarde, la procesión que todos los años reúne a miles de fieles que llegan a Valledupar desde diferentes latitudes del país y del exterior.
Las celebraciones de este lunes festivo son presididas por el Obispo de la Diócesis de Valledupar, Oscar José Vélez Isaza, un religioso que está empeñado en construir 50 nuevas parroquias en el Cesar, 50 en la capital del Cesar y una nueva catedral en esta ciudad.
Historia del Ecce-Homo, el Santo Patrono de Valledupar
Al igual que la Sirena del río Guatapurí, el patrono de la ciudad de Valledupar –El Santo Ecce Homo– tiene sus mitos y sus misterios. Esta figura, que se conmemora el lunes santo, cuenta con miles y miles de devotos, y sin embargo, su origen sigue siendo desconocido.
Cuenta una leyenda que un hombre de color, procedente de Rincón Hondo, fue encerrado bajo su propia solicitud para construir una imagen grandiosa. El hombre se mantuvo aislado durante varios días sin otro alimento que una pequeña cantidad de pan y agua.
El silencio impuesto por este aislamiento acabó inquietando a la gente. Unos días después de este encierro insólito, un grupo de pueblerinos acudió al lugar para conocer su estado de salud.
La sorpresa fue enorme: el local estaba vacío, sin rastros del artesano, y además, el agua seguía intacta. En medio de la sala, destacaba una imagen imponente, labrada de manera majestuosa que, poco después, fue llamada: “El Santo Ecce Homo” (“He aquí el hombre”).
Desde entonces, el Santo fue adulado por los habitantes de Valledupar quienes vieron en ese descubrimiento el primero de una larga cadena de milagros. Entre ellos está el hecho de que el Ecce Homo sude abundantemente y que con ese sudor se pueda curar un gran número de enfermedades.
Cada Lunes Santo es un momento de fervor y exaltación. El pueblo se reencuentra con su patrono, lo adula, le ruega mejoras y milagros, o simplemente, celebra su regreso con una fe y una constancia fuera de lo común. Llegan personas de las afueras de la ciudad, se aglomeran en la plaza Alfonso López y persiguen la imagen del Ecce Homo por las calles del centro histórico.
Este lunes 2 de abril, el mismo esquema se reprodujo y –ante un océano de personas–, la imagen del Santo Patrono apareció en la tarima Francisco El Hombre. El discurso de Monseñor Óscar José Vélez Isaza emocionó las multitudes que, luego, repitieron el coro sobre una música interpretada con el instrumento regional: el acordeón.
Centenares de pañuelos blancos se alzaron en el aire en busca de un reconocimiento. Algunas personas se acercaban a la tarima para limpiar el cristal protector del Santo con ese mismo pañuelo, otras observaban cómo los hombres más cercanos se llevaban al patrono en sus hombros.
A las seis de la tarde, el Santo Ecce Homo ya iniciaba su procesión. Las gotas finas de un aguacero amenazaban con caer, pero al final, sólo quedó en una amenaza. En la semi-oscuridad, el patrono avanzaba lentamente entre la mirada admiradora y beata de los visitantes.
Monedas volaron, aplausos sonaron y rumores se difundieron de que el Santo Patrono reservaba buenas sorpresas para los meses venideros. El fervor colectivo de la Semana Santa llegó a su epicentro y detrás de la figura del santo, entre las callejuelas del centro, no podían faltar los representantes de la clase política local.
Todo fue un sueño de varias horas que dejó la ciudad de Valledupar en un estado de embriaguez espiritual. Una sensación de bienestar que se repite año tras año y que muchos no consiguen explicar.