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La Aerocivil advirtió que ‘El avión accidentado no tenía combustible’

Tripulación no cumplió norma básica de seguridad aérea: llegar al destino con reservas suficientes.
El avión de la empresa Lamia Corporation con matrícula LMI2933 procedente de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia se accidentó en el cerro El Gordo, zona rural del municipio de La Unión.

 

“Al llegar al sitio del accidente y poder hacer inspección de todos los restos, podemos afirmar que la aeronave no tenía combustible al momento del impacto (…) Iniciamos un proceso de investigación para establecer los motivos por los cuales (el avión) no contaba con combustible”.

Esas son las primeras conclusiones oficiales de la Aeronáutica Civil Colombiana sobre el vuelo de LaMia que el lunes pasado se accidentó entrando al aeropuerto José María Córdova, que sirve a Medellín, y dejó 71 personas muertas, entre ellas a casi toda la nómina del club de fútbol Chapecoense.

Freddy Bonilla, secretario de Seguridad Aérea de la Aeronáutica, confirmó anoche que a pesar de que las normas colombianas e internacionales obligan a que cualquier avión tenga, al llegar a su destino, reservas suficientes para volar a un aeropuerto alterno y sobrevolar hasta por 30 minutos, “en este caso, lamentablemente, la aeronave no contaba con el combustible reglamentario para la contingencia”.

Como lo informó este diario el miercoles, tanto por los hallazgos en el sitio del accidente como por la misma ruta del vuelo, que se hizo directo desde Santa Cruz de la Sierra, la falta de reservas se perfilaba como la más probable causa del desastre aéreo.

“Una de las hipótesis que estamos manejando, al no encontrar combustible en el sitio de impacto ni en las líneas de alimentación, es que haya tenido un plane out (caída) por falta de combustible”, dijo el funcionario.

Bonilla, quien dio ayer una rueda de prensa en Medellín junto con el director de Aerocivil, Alfredo Bocanegra, agregó que a las 9:48 p. m. del pasado lunes la aeronave de matrícula boliviana solicitó prioridad por un problema de combustible.

“Nuestro control de tráfico aéreo le pide que explique el problema y autoriza la aproximación a la pista. Dos minutos y 40 segundos después la aeronave declara emergencia, por lo cual nuestro tráfico aéreo despeja los dos tráficos anteriores para que dicha aeronave tenga aproximación directa y prioritaria (…) A los 5 minutos luego reporta falla total eléctrica y requiere vectores y el tráfico da apoyo, pero minutos después se pierde control radial, que da la posibilidad de dar servicio de vectores, y se observa la aeronave a 9.000 pies y se pierde comunicación”.

Bocanegra agregó la importancia en la investigación de las cajas negras. “El ingeniero aeronáutico Julián Echeverri, del grupo de investigación de accidentes, logró localizar las dos cajas, que entraron a cadena de custodia de la Aeronáutica Civil”, aseguró.

En la rueda de prensa, los funcionarios dejaron claro que no hubo ninguna relación entre la emergencia del vuelo de Viva Colombia que se desvió hacia Rionegro de la ruta Bogotá-San Andrés y que reportó posible fuga de combustible, y el desenlace del vuelo de LaMia.

Por ahora, sigue el proceso de recolectar la evidencia y la trazabilidad del vuelo con 24 expertos, entre ellos, la autoridad investigadora de Bolivia y la autoridad británica, porque la aeronave es de fabricación inglesa. Igualmente se espera que lleguen representantes de la Agencia Nacional Aviación Civil de Brasil.

“No buscamos responsables: el único objetivo de la investigación es prevenir accidentes”, dijo el director de la Aeronáutica.

El avión partió de Santa Cruz de la Sierra, en el centro-sur de Bolivia, y cubrió unos 2.700 kilómetros sin hacer ninguna de las dos escalas para reaprovisionamiento que, según la misma empresa, eran casi obligatorias. Así, siguió de largo sobre el poblado de Cobija, en el norte boliviano, y tampoco hizo escala en Bogotá después de más de tres horas de vuelo.

La nave, un RJ-85 británico de cuatro motores, tiene una capacidad de almacenamiento de combustible de 11,776 litros. En condiciones normales, ese combustible da una autonomía de vuelo de 2.962 kilómetros, y la ruta entre el aeropuerto de Viru Viru, de Santa Cruz de la Sierra, y el aeropuerto José María Córdova en Antioquia hay 2.972 kilómetros.

Durante un vuelo, según pilotos consultados por este diario, hay factores como el viento de cola que las tripulaciones suelen aprovechar para minimizar el gasto de combustible. Pero incluso aunque este hubiera sido el caso, dicen las mismas fuentes, todos los pilotos conocen perfectamente que no pueden arribar a un destino sin reservas suficientes para una contingencia. La Aeronáutica confirmó que esta norma no se cumplió.

Bonilla agregó que “se difundieron una serie de comunicaciones de la torre con la aeronave de matrícula boliviana, las cuales no son certificadas ni emitidas por la autoridad aeronáutica, que son editadas e inexactas en sus tiempos”.
Tomado de EL TIEMPO

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