Opinion

Mirando de Frente

Más allá de la polémica generada con ocasión de la decisión arbitral del señor PITANA en el partido Brasil vs Colombia, que le sirviera para arrebatarnos un resultado positivo a nuestro seleccionado, quiero referirme hoy a la situación que desde hace un tiempo viene viviendo nuestro Fútbol Profesional Colombiano.

Los resultados arrojados por nuestra participación en los últimos torneos continentales hablan por sí solos: En la Copa Libertadores llevamos varios años consecutivamente que no pasamos de la primera ronda. Algo debe estar pasando en nuestro torneo local que se refleja en esas participaciones internacionales. No tenemos un fútbol tan malo como lo reflejan tales resultados. No puede ser posible que estemos por debajo de ligas como la venezolana, la ecuatoriana y la boliviana. Eso no es verdad. No estamos por debajo de ellos y así lo prueban los resultados de la competencia clasificatoria a Catar 2022, en la que, a excepción de los resultados contra Uruguay y Ecuador, hemos demostrado estar por encima de varias ligas suramericanas.
En mi humilde entender el sistema que rige nuestro torneo local le está haciendo mucho daño al fútbol colombiano. Es un exabrupto que en Colombia tengamos torneos que no duran cinco meses y me parece una payasada que existan dos campeones cada año.
Ese sistema es una espada de Damocles para técnicos y jugadores. Veamos por qué:
Si un Director Técnico plantea una estrategia de juego solamente tiene esos cuatro o cinco meses para obtener los resultados positivos que respalden su labor. Si a los dos meses, a lo máximo, no se dan esos resultados positivos, seguramente va a ser despedido por sus directivos, en razón a que el campeonato tiene tan corta duración y se hace imprescindible que el equipo figure entre los primeros puestos de la tabla de posiciones.
Qué equipo puede implementar un sistema de juego exitoso en tan corto tiempo?.
Ahora, si el técnico es despedido va a ser remplazado por otro que igualmente no contará con el tiempo suficiente para establecer o implementar las estrategias futbolísticas que conciba y, al igual que el anterior, terminará siendo despedido.
Por otro lado podemos pregonar lo mismo en lo relativo a los jugadores: el tiempo para acoplarse a las ideas de su técnico es demasiado corto y entonces va terminar siendo repudiado por todos, técnico, directivos y afición.
Lo ideal sería que los campeonatos sean de largo aliento, para que técnicos y jugadores puedan acoplarse y crear un sistema de juego bien fundamentado. En estos casos el tiempo es necesario. Recordemos que nos encontramos ante un deporte de conjunto, que hay que afinar conceptos, pulir estrategias, etc.
En toda Suramérica solamente Colombia y Paraguay son los países que aun insisten en este sistema de juego y ya vemos los resultados a nivel continental de ambas ligas. Paupérrimos.
Sería bueno que los directivos de la Dimayor piensen un poco más en el progreso de nuestro fútbol que en las prebendas y las ganancias económicas que resultan de este oprobioso sistema de campeonato, que solo repercute en unos flacos resultados a nivel continental. Lo ideal es un campeonato que dure todo el año para que los equipos puedan forjarse un sistema de juego consistente y, lo más probable, exitoso.-

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