Músicos vallenatos lanzan S.O.S

El covid-19 no solamente ha destapado la fragilidad del ser humano ante las pandemias o pestes cíclicas que nos azotan cada centuria, sino que estos flagelos también han hecho público la mezquindad, la sordidez del ser humano con su prójimo. Este virus ha devastado el planeta, dejando millones de muertos en todos los confines de la tierra, ha aumentado la pobreza absoluta sin límites fronterizos, notándose más en los países pobres.

“La epidemia nos tomó con los calzones abajo”, dijo un dirigente mundial refiriéndose al desconcierto e improvisación de los gobiernos para afrontar la crisis sanitaria.“Nuestro espíritu belicista atrasó la ciencia médica cien años”, acotó una científica de Harvard, observando cómo al inicio del virus morían miles de personas en la puerta de hospitales.

Un años después aún sigue sucediendo hechos iguales, por carencia de una cama o un respirador y en algunos países como Colombia, además de esas carencias, también mueren personas por escases o paquidermia en la aplicación de la vacuna.
‘La Peste’, la llamó Escalona en su canción grabada por Buitrago a mediados de los años cuarenta, ante la viruela que padecía nuestra región en esos momentos, mal que también plagó la salud mundial dejando millones de muertos.

Ante la actual plaga que nos azota, el gobierno colombiano ha tratado de paliar el malestar económico implementado medidas torpes de orden pecuniario que han impactado y desmejorado a unos sectores más que otros, prácticamente llevándolos a la bancarrota, quiebra, a la ruina total. Una de esas actividades que ha sido devastada por la improvisación del gobierno al implementar las ayudas económicas y a la cual no le ha llegado ningún beneficio es a la cultura, una de sus ramas el arte.

Los músicos de nuestra región prácticamente han quedado en la indigencia total. Ante la clausura total de tarimas y apagar las luces y lentejuelas, han dejado en la total oscuridad el futuro de los músicos de la región, nunca ha habido un plan alterno por parte de los gobiernos: nacional, departamental y municipal, que ayude a los artistas, cajeros, guacharaqueros, timbaleros, bajistas, guitarristas, coristas, acordeoneros, e intérpretes de mariachis, tambo bandas, tríos, orquestas, solistas. Ante las obligatorias medidas sanitarias para preservar la vida, los artistas se han visto desalojados de las tarimas, tirados a la calle por el autismo o abandono total del estado, que no ha visibilizado sus carencias ante el cierre de los escenarios.

Para suplir sus necesidades básicas algunos se han visto en la obligación de recurrir la caridad de sus amistades, han quedado en manos del impredecible azar, inventando rifas, concursos, otros les ha tocado irse a la calle con su música y mendigar en los andenes una moneda, interpretan sus instrumentos, cantan o versean en sitios públicos, supermercados, puerta de bancos, galería, mercado público, incluso otros han tocado o cantado en la puerta de los cementerios, aprovechando la visita dominical de los deudos.
A este padecimiento de los músicos de la región y Colombia, se une el Congreso de la República, donde circula un proyecto de ley llamado, ‘Libertades Económicas’, el cual promueve que los establecimientos de comercio que usen la música como su materia prima, no paguen por el uso de las obras musicales.

Los herederos musicales de Diomedes Díaz se quejan y dicen que esta medida de aprobarse, ahondará aún más sufrimiento del músico, el derecho autoral quedará moribundo, que esta medida terminaría con lapidar a los compositores e intérpretes.

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