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Partidos de izquierda y de derecha apoyan al centrista Macron para el balotaje del 7 de mayo en Francia

El suspenso se acabó: el centrista Emmanuel Macron, candidato de En Marcha, ganó la primera vuelta de la elección presidencial francesa con un 23,90 por ciento de los votos, seguido de la candidata del partido de extrema derecha Frente Nacional, Marine Le Pen, con 21,42, según el conteo del ministerio del Interior en la madrugada de este lunes.

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Las cifras de este domingo reflejan la tendencia que las encuestadoras venían dando desde hace meses, y el famoso ‘voto secreto’, tan mentado por la elección de Donald Trump en Estados Unidos o el ‘brexit’, en este caso no funcionó.
Se confirmó el desplome del favorito inicial, el conservador François Fillon, a causa de los escándalos de corrupción que estallaron hace seis meses (19,94 por ciento). La remontada espectacular del ultraizquierdista Jean-Luc Mélenchon (19,56) en la recta final era cierta. La derrota del candidato del Partido Socialista Benoît Hamon (6,35) fue peor de lo que se esperaba.

Los franceses tenían el resultado delante de los ojos desde hace meses. También se acabó el suspenso para la segunda vuelta. Las primeras encuestas para el balotaje del 7 de mayo dan una amplia ventaja a Macron sobre Le Pen: 62 por ciento contra 38 (Ipsos) y 64 contra 36 (Harris).

Además, casi el conjunto de la clase política ha llamado a votar por el joven prodigio de la política francesa de 39 años. Comenzando por Fillon y Hamon.

“El reto es romper con el sistema que ha sido incapaz de responder a los problemas de nuestro país desde hace más de 30 años, el reto es empezar a escribir una nueva página política”, dijo Macron tras confirmarse su triunfo.

Hay una unanimidad en la clase política francesa de que las propuestas económicas de Le Pen, que incluyen la salida de Francia de la Unión Europea, serían catastróficas para el país. Derecha e izquierda están unidas contra ella.

La primera vez que la extrema derecha pasó la segunda vuelta en Francia fue en 2002 con Jean-Marie Le Pen, el padre de la actual candidata. En ese entonces, el candidato de la derecha, Jacques Chirac, ganó con 82 por ciento de los votos.

Marine Le Pen será muy posiblemente derrotada, pero puede jactarse de haber registrado un récord para su partido. El Frente Nacional, muy probablemente, llegará a los 6,9 millones de votos, mientras que en las regionales de 2015 había obtenido 6,8 y en la primera vuelta de las presidenciales en 2012, 6,4 millones.

El líder de la extrema izquierda, Mélenchon, también obtiene un resultado histórico, ya que en 2012 escasamente logró 11,10 por ciento. Esta vez no se descarta que pueda quitarle el tercer puesto a Fillon al completarse el conteo.

La segunda vuelta de los radicalismos Le Pen-Mélenchon, que temían muchos, tampoco tendrá lugar, pero un creciente número de electores franceses han votado este año por candidatos que proponen una ruptura radical.

No solo las encuestadoras no se equivocaron en esta elección, sino que además pasó a la segunda vuelta el candidato del sistema.

La revancha de Hollande

El socialista presidente saliente, François Hollande, renunció en diciembre pasado a presentarse a la reelección, en razón del desplome de su popularidad. Hollande temía una humillación similar a la que está viviendo hoy el ganador de las primeras socialistas, Benôit Hamon.

No buscar la reelección es inédito en la historia moderna de este país y haber renunciado a esa batalla fue sin duda el momento más duro de su presidencia.

Macron representa por esto la revancha de Hollande.

El mandatario, reputado por su capacidad para manejar los hilos de la política tras bambalinas, hizo todo para que esto ocurriera. Fillon acusó a Hollande de haber manipulado a la justicia para enlodar su campaña, explotando las acusaciones de los presuntos empleos ficticios de su esposa.

Macron representa así el salvavidas no solo de Hollande sino de una parte del Partido Socialista que se ha aliado con él. Se ventila por ejemplo que su primer ministro podría ser el actual ministro de Defensa, Jean-Yves Le Dryan, estrella del actual gabinete de Hollande.

Macron, como exbanquero, representa también la figura del político que no pertenece a los partidos tradicionales y no ha sido elegido nunca a un cargo público.

De hecho, su movimiento, En Marcha, fue creado hace escasamente un año. El propio Macron reivindica no ser de izquierda ni de derecha. En este sentido, encarna la renovación de la política francesa, lo que muchos electores estaban esperando.

 

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