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En aquel tiempo, Jesús tomó la palabra y dijo: “Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré.
Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio.
Porque mi yugo es suave y mi carga liviana.”
Reflexión: Debemos acudir al Señor, reconociendo nuestras esclavitudes y tomando la decisión de dejar que su amor nos transforme. Solo así encontraremos un verdadero descanso. En sus manos, y bajo su guía, cada cosa que hagamos será más llevadera, pues Él siempre nos aliviará.