100 años tomaría cerrar brecha de equidad de género como clave política para la democracia en Colombia: Vicepresidencia
100 años tomaría cerrar brecha de equidad de género como clave política para la democracia en Colombia, sostiene el informe ‘Participación y representación política de las mujeres’, de la Vicepresidencia de la República.
El estudio advierte que en este 2019 ninguna mujer se postuló para ser gobernadora en 18 de los 32 departamentos de Colombia.
Aunque en los últimos años las mujeres colombianas han alcanzado mayor representación política en sus regiones –en el 2007 lograron el 3,1 por ciento de las gobernaciones, frente a un 15,6 por ciento en el 2015–, al ritmo actual al país le tomaría décadas romper la brecha de género en ese frente clave para la democracia.
Eso es lo que muestra el informe ‘Participación y representación política de las mujeres’, de la Vicepresidencia de la República, que advierte que en este 2019 ninguna mujer se postuló para ser gobernadora en 18 de los 32 departamentos. Y pasó lo mismo para las alcaldías en la mitad del país: en 540 municipios no hubo mujeres inscritas para ese cargo. En contraste, en solo 3 no hubo candidaturas de hombres.
En total, 117.822 colombianos se inscribieron como candidatos para las elecciones regionales de este 27 de octubre. El 37,2 por ciento (43.824 personas) corresponde a mujeres.
Las luces en rojo son porque, si bien la proporción de candidatas casi llega al 40 por ciento, la de elegidas difícilmente rompería la tendencia histórica, es decir, no llegaría ni siquiera al 20 por ciento, según proyecta el informe comparando el total de inscritas este año con el 2015 (41.507).
Esa proyección está más de 10 puntos por debajo del mínimo del 30 por ciento del total de cargos de nombramiento en el Estado que deben, por mandato de la ley de cuotas, estar ocupados por mujeres.
Esto en un país donde las mujeres representan el 51,5 por ciento del total de la población y donde hay 18’876.756 mujeres habilitadas para votar, frente a 17’725.996 hombres.
Según los análisis de la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer, hay una “estabilización de los indicadores” entre el 2015 (año en el que fueron elegidos los actuales mandatarios regionales) y el 2019. Incluso hay señales de retroceso.
Así, por cada 10 hombres aspirando a ser alcaldes hay menos de dos mujeres candidatas. Y el porcentaje de inscritas para gobernaciones se redujo de 16,1 por ciento en el 2015 a 13,9 por ciento en este 2019.
El informe de la Vicepresidencia y la Consejería advierte en ese sentido que las aspiraciones de mujeres “se concentran en cargos plurinominales (concejos, asambleas), situación que sugiere una limitada capacidad respecto de la toma de decisiones asociada a la planeación local y la definición de presupuestos públicos”.
Casi ocho de cada diez mujeres inscritas (35.855 del total de 43.824) aspiran a las corporaciones municipales, 1.321 (3 %) buscan curules en las asambleas, 781 (el 1,8 % del total) disputan una alcaldía y solo 21 son candidatas a gobernación.
En este último caso sobresale Antioquia, que es el departamento que tiene más mujeres inscritas para los próximos comicios (5.096), pero ninguna está aspirando a ser gobernadora.
Esa situación se repite en Amazonas, Arauca, Bolívar, Boyacá, Caldas, Caquetá, Cauca, Cundinamarca, Guaviare, Huila, La Guajira, Magdalena, Nariño, Norte de Santander, Putumayo, Quindío y San Andrés.
La cara positiva de la moneda está en Casanare y Valle, cada uno con 3 candidatas para la gobernación.
Uno de los elementos diferenciales que podrían jugar a favor de una mayor cantidad de elegidas es la reciente decisión del Consejo Nacional Electoral (CNE) de avalar las listas de solo mujeres para los comicios del domingo.
Ese fallo, que en esencia reconoce que la prohibición de las listas de un solo género impuesta por la ley apuntaba a crear una discriminación positiva hacia la participación política de la mujer y no al revés, deberá, en todo caso, enfrentar nuevos exámenes legales ante el Consejo de Estado.
La brecha no cede
En las elecciones del 2015, las mujeres ocuparon el 12 por ciento de las alcaldías, el 16 por ciento de las asambleas y el 17 por ciento de los escaños en los concejos. Cuatro años antes, en el 2011, habían alcanzado el 10 por ciento de las alcaldías, el 17 por ciento de los concejos y el 17 por ciento de los escaños en las asambleas departamentales.
La Vicepresidencia cita el Índice Mundial de Género en Empoderamiento Político del World Economic Forum, según el cual Colombia ocupa el puesto 59 entre 149 naciones. El país está en el grupo de los que, según el índice, podrían tardar hasta 107 años para llegar a la equidad política.
A su vez, un informe de Transparencia por Colombia y ONU Mujeres, revelado por EL TIEMPO hace tres semanas, dice que aunque entre los millonarios recursos que reciben los partidos políticos del Estado hay rubros que deben destinarse a la inclusión de las mujeres en la política, solo el 3 por ciento de esa plata efectivamente se destina a esos fines. Incluso, fondos supuestamente dedicados a cerrar la brecha de género terminaron “en actividades que no se relacionan con este fin, como el pago de salarios, transporte, alimentación, reuniones y artículos decorativos y navideños”.
“Los datos expresan no solo rezagos respecto de la ley de cuotas –señala el informe de la Vicepresidencia–, sino la estabilización sin mayores cambios en los indicadores de mujeres electas, lo que denota la necesidad de reforzar medidas e integrar a los procesos electorales las voluntades de los partidos, el avance de la reglamentación de la reforma política y la atención de las violencias contra mujeres”.
El periódico El Tiempo presenta hoy un informe sobre este estudio, con una entrevista a la vicepresidente de Colombia, Marta Lucía Ramírez, con el siguiente resultado de respuestas:
Tres preguntas a Marta Lucía Ramírez, vicepresidenta de la República
‘La evidencia de la desigualdad es contundente’¿Qué balance hace de la participación de las mujeres como candidatas en esta campaña electoral?
En materia de representación política, el reto es enorme. El país empezó a recorrer la larga senda para lograr la equidad de la mujer en la política, pero aún queda mucho por hacer. Para estos comicios, casi 44.000 mujeres se inscribieron como candidatas, pero en 18 de los 32 departamentos no hay mujeres aspirando a las gobernaciones. Y en un poco más de 500 municipios no hay tampoco candidatas a las alcaldías.
¿Por qué debería haber más mujeres en cargos públicos, incluidos los de elección popular?
Abrir espacios para la llegada de más mujeres a los cargos públicos no solo es un deber democrático, sino que impacta positivamente nuestras sociedades. Análisis realizados por ONU Mujeres encontraron que, en los asuntos parlamentarios, las mujeres, sin distingo de su filiación política, promueven en la agenda política los temas de igualdad de género y prevención de violencias contra las mismas mujeres.
De la misma manera, encontraron que un papel más protagónico de las mujeres en las administraciones locales coincide con un posicionamiento positivo de temas de desarrollo orientados a mejorar las condiciones de vida en general y las coberturas de salud, educación y cuidado infantil.
¿No es ingenuo pensar que el solo hecho de ser mujer garantiza que un funcionario, nombrado o elegido, lo va a hacer mejor que un hombre en el mismo cargo?
La evidencia de la desigualdad entre hombres y mujeres es contundente. Solo con la plena participación de estas en las decisiones políticas de los Estados se logrará acelerar la igualdad en todos los ámbitos de la vida social. Los estudios de ONU Mujeres identifican una relación directamente proporcional entre el mayor número de mujeres en cargos de toma de decisiones en cuerpos colegiados y el desarrollo de iniciativas orientadas a mejorar las condiciones de vida de las comunidades.
Como primera mujer en ser elegida Vicepresidenta, invito a los colombianos a revisar las propuestas programáticas de todas las mujeres candidatas y a decidir, informadamente, sobre qué es lo mejor para el futuro de sus municipios y sus departamentos.