Bayer Munich y PSG definen este domingo final de la Copa Champions League

Los poderosos equipos internacionales Bayern Múnich y Paris Saint Germain, se enfrentan este domingo en la final de la Liga de Campeones.

La supremacía del fútbol europeo se definirá en choque que está programado para las 2 p. m. en Lisboa.

Lewandowski se perfila como la principal figura del Bayer,  mientras que Neymar es la principal atracción del esperado partido que se jugará sin presencia de espectadores, pero que se transmitirá para el mundo a través de la televisión y redes sociales.

Es la final de la Champions, la que hace unos meses no parecía que se iba a jugar, la que añoraban los sedientos futboleros, la de la pandemia, la final sin público, la de los ecos que retumbarán en las solitarias gradas, como de fantasmas sin cuarentena, la final que iba a ser en Estambul y se desplazó a Lisboa, la final que cada año paraliza el mundo, sin exagerar, aunque vale la pena exagerar, entonces es la final que paraliza el universo.

El choque mide a la máquina alemana del Bayer, que mete miedo con su ejército demoledor, con ese tronar de botas sobre el césped. Y el PSG que no se atrinchera, sino que pone el pecho valiente, y bien adelante, en la primera línea, para resistir y agredir.

PSG sufrió más para llegar a este partido. Es menos favorito. Pero en esos instantes de sufrimiento, como en el epílogo del juego contra Atalanta de cuartos, sacó a relucir todo su coraje y su eficacia. Demostró que ese equipo no muere hasta que muere, y no llega muerto a la final. Ni siquiera agoniza. Su vitalidad es su principal arma. Es un equipo que si encuentra inspirados a sus artistas, hace pintura.

Bayern Múnich es favorito., porque ha sido aplastante, acribillando a balonazos a sus rivales. Con el sello indeleble de meterle ocho goles al Barcelona y hacerlo ver como equipo de jardín. Después de esa faena nadie se le quiere parar enfrente. Es un riesgo que asumirá el PSG, que tendrá que jugar el partido perfecto para no sufrir una masacre. Bayern es de esos equipos a los que, incluso teniendo un mal partido, les bastará un espacio para anotar. Y cuando anota se coge confianza y no se detiene y se vuelve demoledor y pobres de sus rivales si eso pasa.

 

 

 

 

 

 

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